lunes, 9 de octubre de 2017

Llámame... Tyrannosaurus rex

Ilustración de Vincent Lynch para la portada de Scientific American (1915), que incluía el artículo de Barnum Brown "Tyrannosaurus, a cretaceous carnivorous dinosaur: the largest flesh-eater that ever lived"

Fui descrito por Henry F.Osborn en 1905 a partir de unos restos descubiertos en 1902 por Barnum Brown en Hell Creek (Montana) como “El lagarto tirano”. Lo del apellido Rex es mera redundancia; vamos que está claro quien manda, ¿no? Aunque te voy a contar un cotilleo: realmente, debería haberme llamado de otro modo.

Barnum había encontrado otros restos en 1900, que Osborn describió como Dynamosaurus imperiosus  (“El lagarto del poder imperial”), que también mola. Al registrar ambos especímenes, se trastocó el orden de las hojas y el dinamosaurio quedó detrás. Pero hay más: Cope había descubierto restos de vértebras mías en 1892, que describió como Manospondylus gygas (“Vértebra porosa gigante”), nombre que mola bastante menos. Aunque Osborn ya lo intuía, hasta 2000 no pudo comprobarse que se trataba de la misma especie y, según las reglas taxonómicas, debería haber cambiado mi nombre a piedra pómez, pero siendo el dinosaurio más conocido, más molón y modesto, y después de los millones de páginas y kilómetros de celuloide en los que había dejado constancia de mi regio nombre, decidieron hacer una excepción.

En cuanto a mi también inabarcable carrera artística, empieza ya al año de mi descubrimiento con este soberbio retrato de Charles R. Knight, que en 1927 me redefine (abajo) alargándome algo el morro y reduciendo mis dedos a dos en cada extremidad anterior.


Entonces conocía a Willis O’Brien, junto al que rodé filmes como Ghost of slumber mountain (1918), al que pertenece el fotograma superior, El mundo perdido (1925) –aunque en el libro de Conan Doyle no aparezco- o King Kong (1933), mi dentista, al que vemos aquí tratando de empastarme una muela cariada.

No tardó en estar Disney al otro lado del teléfono, ofreciéndome el papel protagonista del segmento de Fantasía (1940) para el que había firmado la banda sonora nada menos que Igor Stravinsky.

En las revistas pulp donde se gestó la moderna ciencia-ficción aparecí en relatos como The time ray of Jandra (1930) o Toka, the king of dinosaurs (1945) de Ray Palmer, When reptiles ruled (1934) de Duane N. Carroll, y luego A sound of thunder [1] (1952) o Tyrannosaurus Rex (1962) de Ray Bradbury y A gun for dinosaur [2] (1956) de L.Sprague de Camp.

Ilustración de Frank R.Paul para When reptiles ruled (1934)

Zdenek Burian, 1938

Wah Chang me animó en Dinosaurios! (1960), el corto educativo Dinosaurs: the terrible lizards (1970) y en la serie de televisión Land of the lost en 1974, cuando me dejé caer por Doctor Who. Gwangi (1969) es un T-Rex según Harryhausen, pero… me colocó 3 dedos, como Disney.  José Luis Sanz explica aquí por qué es tan común este despiste.

Gwangi, de Ray Harryhausen

Planet of dinosaurs

Ilustración de Neave Parker (1910-61)

En el álbum de Blake y Mortimer “La trampa diabólica” (1962), Edgar Pierre Jacobs me enfrenta a un plateosaurio. Tidbit for a tyrannosaurus (1966) es una de las fantásticas historias bélicas de Mike Espósito/ Ross Andru para Star Spangled Stories. El siguiente año, el británico Mark Bolan funda Tyrannosaurus Rex, luego abreviada a T.Rex, la primera banda de glam rock, cuyos éxitos has disfrutado al ver la película Billy Elliot.

Borrador de Jacobs para "La trampa diabólica"

Frank Frazetta, 1969

En 1977 protagonicé Planet of dinosaurs (donde me animaron el ayudante de Harryhausen, Jim Danforth, y Stephen Czerkas) y la coproducción de USA y Japón The last dinosaur. En 1984 llega el corto Prehistoric beast, con animación de Phil Tippett (que por fin respetó mis características anatómicas, olvidándose del tercer dedo) y origen del documental Dinosaur! de 1985, cuando también pudiste verme en versión robotizada en Transformers, que promocionaba una franquicia de muñequitos como Dino-riders (1988, Gerry Conway), en la que también puedes verme.


En cuanto a la literatura, antes de Jurassic Park, ya me clonaron en Roadmarks (1979) de Roger Zelazny (1937-95) y Tuf voyaging (desde 1976 en Analog, recopilada en 1986) de George RR Martin (1948). David Drake insiste en el viejo tema de los safaris en el tiempo en su relato Time safari (1982), de la que soy protagonista absoluto, y que unirá a otros en el compilatorio Tyrannosaurus (1993). En el cuento Uphill climb (1987), Robert J.Sawyer hace evolucionar en la Luna a una raza de tiranosaurios inteligentes a los que llama quintaglios que desarrollarán toda una civilización, de cuyas vicisitudes  dará cuenta en la trilogía Quintaglio Ascension (1992). Además, Sawyer volvió a reservarme un papel en su novela End of an Era (1994), que trata de un viaje científico en el tiempo.

Primer volumen de la trilogía Quintaglio Ascension

El mago del cómic Richard Corben me dibujó en la trilogía que forman Within you without you, Time and time again y Years & mind forever (1976) o Me an’ ol’ Rex (1983) con guión de Bruce Jones. En The hero within (1974, guión de Steve Skeates), un perro es transformado en un terópodo muy parecido al T-Rex que Burian ilustró en 1938 -ver arriba-, mientras usará como modelo los de Knight para Rip in Time (1986, guión Jones) o su versión de A sound of Thunder. Por otra parte, en 1991 aparecen Tyrannosaurus tex (James van Hise y Ron Wilber), que va del típico safari interplanetario que uno programa para el fin de semana, y Tyrex (Mauro Entrialgo), sobre un luchador de pressing catch que se disfraza de terópodo.

Portada de Val Mayerick para Eerie #97 (1978), donde se reeditó completa la trilogía Within you, without you de Corben

T.Rex drinking (1986, Gurney James)

Gregory St.Paul, 1988

En 1990, Susan Hendrickson descubre mi (hasta la fecha) fósil más completo que, en su honor, se conoce como “Sue”, y Michael Crichton publica Jurassic Park, en la que tengo un papel principal pese a que en dicho periodo aún no había sido engendrado.

Su trasvase al cine en 1993 a manos de Spielberg impulsó de tal modo mi carrera de actor que me ha sido imposible coger vacaciones desde entonces: ese mismo año rodé Rex (David Gerrold), el siguiente Tammy & the T-Rex (Stewart Raffill), en 1995 Theodore Rex (Jonathan Betuel), T-Rex:back to the cretaceous (Scott Billups) o Dino Rex (Thomas R. Dickens) y luego las divulgativas Ultimate guide: T-Rex (1996), con efectos de Hall Train, T-Rex: back to the cretaceous (1998, IMAX) de Brett Leonard, The valley of T-Rex (2001, Reuben Aaronson y James McQuillan), T-Rex: a dinosaur in Hollywood (2005, Michael Davis).

Iron sky 2

Pero confieso que los papeles que más me he divertido han sido los que he realizado en la última década: Anonymous rex (2004, anima Marc Louge), según la saga de novelas negras de Eric García, Aztec Rex (2007, Brian Trenchard-Smith), Iron sky (2012, Timo Vuorensola; hay secuela en 2015) donde combato con los nazis desde su base en La Luna, Poseidon Rex (2013, Mark L.Lester) en que me convierten en una criatura… ¡¡¡marina!!! o Dinosaur Island (2015, Matt Drummond), que me da un nuevo y sugerente aspecto a raíz de los últimos descubrimientos de terópodos emplumados.

En cuanto a los cómics post-Jurassic Park, en 1993 aparecen el adorable Rex de las japonesas CLAMP y dos Tyrannosaurus, uno es un mutante integrante del supergrupo The strangers (Steve Englehart/ Rick Hoberg) y el otro un fumetto erótico editado como suplemento de la revista de Ediperiodici L’infermiera. En Tyrannosaurus sect (1994, Jan), Superlópez lucha contra una secta cretácica con fines depredadores. Tyrannosaurus Reich (1997) es un nazi contra el que lucha Major Bummer (John Arcudi/ Doug Mahnke). Y entre los cómics más recientes que han sabido rendir el homenaje que merece el tirano-rey de los saurios, están Tommysaurus Rex (2005, Doug Tennapel), T.Rex (2011, Mark Kidwell/Jeff Zornow), Superdinosaur (2011, Robert Kirkman) o Rexodus (2015, James Farr/ Jon Sommarriva).


Rex de CLAMP, ¿dinosaurio o tamagotchi?

Incluso los grandes depredadores tenemos nuestro lado tierno. Sin ir más lejos, yo me he prodigado en filmes infantiles como The Land Before Time (1988), la serie animada The adventures of T-Rex (1992), We're Back! A Dinosaur's Story (1993), Toy Story (1995), Pooh's Grand Adventure: The Search for Christopher Robin (1997), Night at the Museum (2006), Meet the Robinsons (2007), Ice Age: Dawn of the Dinosaurs (2009) y, en 2015, The Good Dinosaur o la serie Dinotrux. Además, recientemente le di la alternativa a mi sobrina Tina Rex, en la serie de televisión Gumball (2011, Ben Bocquelet).

Y si algo demostraron el lobo feroz o la malvada bruja es que, por más fiero que seas, siempre puedes acabar en un cuento de niños. Sólo en los últimos años, he protagonizado My T-Rex has a toothache (2012) de Elwyn Tate, I'm a T.Rex! o T-Rex trouble (2012) de Dennis Shealy, Tiranosaurio Rex (2013) de Ana Obiols (con dibujos de Joan Subirana), Rex: The dinosaur who thinks he is a dog (2014) de Stephen Tan o Angry T. Rex! (2015) de Amma Lee.

Entre las últimas novelas que me rinden homenaje podemos hablar de Primeval: extinction event (2009) [3] de Dan Abnett o la serie Dino hunt de Max Davine. Un género literario reciente muy particular comienza en Fierce embrace (1997) de Bud Sparhawk, en que una pareja de paleontólogos desatan su líbido tras encontrar los fósiles de unos T-Rex en posición de cópula. Explotarán esta veta, a través de una vía ya abiertamente zoofílica Christie Sims y Alara Branwen en Taken by the T-Rex, o Chuck Tingle en Gay T-Rex law firm executive o Professor T-Rex teachs me gayness.

Fabio Pastori, 2005

Paul Heaston, 2011

Simon Stalenhag, 2015

Aunque después de todos estos datos es innecesario, para despejar cualquier duda de que soy el dinosaurio que más ha excitado la imaginación de los artistas, como botón de muestra en nuestro blog hemos visto que mis fans se han llegado a poner mi nombre, me han trolleado por mis bracitos que no me permiten más que ejercitar mis piernas en el gimnasio o tocar el ukelele, o bien me han compadecido por ello, y sus inescrutables y enfermizas mentes me han visto como un inadaptado, fumeta, imaginativo y juguetón, gafe, cuestador solidario, taciturno romántico, impotente, necesitado de amor, o convertido en estudiante de arquitectura, mascota fiel, escultura de chocolate, adhesivo de contacto, fuente ornamental, juguete teledirigido, ruta ciclista, ninja animado, ingeniero teleco, jugador de beisbol, saurio-bala, oficinista, yogui, trofeo de caza o asesino simpático...

Y para acabar, una duda existencial... En serio, ¿Barney es un tiranosaurio?

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[1] Es el relato de ciencia-ficción anterior a 1984 más reeditado; Contento, W.G. Index to science-fiction anthologies and collections, combined edition Rich Corben lo adaptó al cómic (1993) y Peter Hyams al cine (2005).
[2] Roy Thomas/ Val Mayerick y Ernie Chua lo adaptaron a viñetas (1973) en Worlds unknown. Bradbury envió al protagonista, Reginald Rivers, a otro safari en el tiempo para la antología The ultimate dinosaur (1990); otros siete viajes completan Rivers of time (1993). En 2005, Chris Bunch escribe un décimo viaje como homenaje en la antología The enchanter completed.
[3] También aparezco en la quinta serie (2011) de su adaptación televisiva.

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